En Italia, la palabra gelato se usa prácticamente para describir cualquier tipo de golosina congelada, pero para el resto del mundo es dulce parecido al helado, que frecuentemente tiene listones de mermelada, caramelo o chocolate. El hacer el gelato con leche en lugar de crema y menos huevos o sin ellos, produce una mayor intensidad de sabor y una densidad más alta que la del helado tradicional. Sigue leyendo para aprender cómo hacer un delicioso gelato casero.
Ingredientes
2 ½ tazas de leche entera
5 huevos
½ taza de azúcar granulado
1 cucharadita de un extracto, por ejemplo vainilla o almendra (opcional)
1 taza de saborizante, como puré de fresa o chocolate (opcional)
Ingredientes extras como chispas de chocolate, pedacitos de fruta o caramelo (opcional)
Parte 1: Haz la base
1° Llena una olla poco profunda con agua y haz que hierva suavemente. La olla debe ser lo suficientemente grande como para que le quepa un tazón más pequeño, resistente al fuego.
2° Separa las yemas de las claras. Pon dos tazones u otros recipientes sobre una superficie plana y limpia. Uno de los recipientes es para las claras y el otro para las yemas. Pon una mano de forma cóncava o ahuecada sobre el primer recipiente y separa tus dedos ligeramente. Rompe un huevo sobre tu mano y deja que la clara resbale por los huecos entre tus dedos, pero no la yema. Cuando toda la clara haya pasado al recipiente a través de tus dedos, dejando en tu mano solamente la yema, coloca la yema en el otro recipiente. Repite el proceso para los 5 huevos.
3° Calienta la leche. Ponla en una olla a fuego medio alto. Caliéntala hasta que empiece a burbujear y entonces redúcele la temperatura ligeramente.
4° Bate las yemas y el azúcar en el tazón refractario. Hazlo mientras la leche se calienta, porque necesitarás combinar rápidamente los ingredientes. Bate los huevos y el azúcar hasta que la mezcla esté tersa y sedosa.
La mezcla estará lista cuando se ponga ligeramente espesa. Bátela al menos por 2 minutos.
Si vas a usar un extracto como vainilla o almendra, agrégaselo a la mezcla de huevo.
5° Sigue batiendo mientras incorporas la leche a la mezcla de huevo. Vierte la leche lentamente, mientras continúas batiendo. No la agregues muy rápido, porque la temperatura de la leche puede cocer los huevos y convertirlos en huevos revueltos. Sigue batiendo hasta que la mezcla esté espesa y cremosa.
6° Pon el tazón en la olla de agua hirviendo suavemente y revuelve. Usa una cuchara de madera para revolver la mezcla de forma constante, mientras se cuece lentamente. Empezará a espesarse hasta convertirse en una natilla. La mezcla estará lista para quitarla del fuego cuando cubra el dorso de la cuchara, al levantarla del tazón. Quítala del fuego y déjala enfriar.
No dejes que entre agua en el tazón. Esto afectaría la textura de la natilla y podría evitar que se cueza de forma pareja.
Usa una cuchara de madera en vez de una de metal. El metal puede alterar el sabor de la natilla.
Parte 2: Agrégale sabor
1° Ponle sabor a tu gelato. Una vez preparada la base no hay límite en los sabores que puedes agregarle. Para intensificar el perfil de sabor del gelato, considera agregarle fruta, chocolate, caramelo y otros “extras”.
Para un gelato con sabor a fruta, prepara un puré de la fruta o baya de tu preferencia, agrégalo al gelato mientras se encuentra todavía a temperatura ambiente.
Haz un gelato de vainilla: parte a lo largo una vaina de vainilla y agrégala a la crema antes de que hierva. Saca la vaina una vez que empieces a combinar los huevos con la crema.
Un gelato de chocolate puede prepararse agregando chocolate derretido a la base. Deja que el chocolate se enfríe un poco antes de agregarlo a la base del gelato.
2° Revuélvele algunos “extras”. Termina tu gelato agregándole algunos “extras” para crear diferentes texturas y sabores. Escoge “extras” que complementen los sabores que usaste en la base del gelato.
Podrías agregarle a tu gelato fruta fresca o fruta seca. Escoge fruta muy madura para que tenga mejor sabor.
Las nueces picadas o semillas de cacao le dan un agradable efecto crujiente.
Considera usar una cucharada de canela o de alguna otra especia que te guste.
Los dulces picados también le dan un toque delicioso.
Parte 3: Congela el gelato
1° Enfría el gelato en el refrigerador. Cubre el tazón de gelato con plástico adherente y mételo en el refrigerador por unas 3 horas, para darle tiempo a que se enfríe, antes de que lo metas a tu congelador de helado.
2° Mete el gelato en tu congelador de helado. Congélalo de acuerdo a las instrucciones del fabricante.
3° Saca el gelato cuando todavía esté semi-congelado. Esto garantiza que el gelato quede denso y no liviano. El gelato no debe ser tan ligero y liviano como el helado.
4° Mete el gelato semi-congelado en el congelador. Déjalo congelando hasta que se ponga sólido.
5° Descongela ligeramente el gelato antes de disfrutarlo. Dejar que se descongele un poco antes de disfrutarlo, evitará que esté demasiado frío para tu lengua. De esta manera, podrás sentir los sabores intensos mucho mejor.
Cosas que necesitarás
Un hervidor doble o un “baño maría”.
Una cuchara de madera.
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